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ESFUERZOS O TENSIONES RESIDUALES

En una pieza no sometida a cargas externas y que se mantenga a temperatura uniforme, las tensiones internas en ella existentes se llaman tensiones o esfuerzos residuales. Como evidentemente existe equilibrio estático, las fuerzas de tensión en tracción están equilibradas por las derivadas de las tensiones en compresión. También están en equilibrio las fuerzas cortantes internas. Dichas tensiones existen a consecuencia del proceso o procesos a que anteriormente ha sido sometida la pieza (soldadura, laminado, tratamiento térmico, granallado, endurecimiento de trabajo, etc.) y pueden ser beneficiosas o perjudiciales.

Generalmente en una pieza metálica estas tensiones internas se producen como respuesta a los procesos de deformación plástica, tales como mecanizado y estampación, el enfriamiento no uniforme en piezas conformadas a elevada temperatura (soldadura, moldeada, etc.) y a transformaciones de fase, inducidas por enfriamiento, en la que la fase madre y la fase producto tienen distinta densidad. Si estas tensiones no son eliminadas se pueden producir distorsiones y alabeos.

Cualquiera que sea la causa de estas tensiones, pueden ser eliminadas total o parcialmente por un revenido o recocido adecuados, el cual debe ser practicado siempre que las tensiones puedan ser perjudiciales.

Muchas veces se intenta que la pieza tenga esfuerzos residuales de compresión, ya que si después sometemos esta pieza a fatiga, aguantará los esfuerzos mucho mejor (los esfuerzos de tracción son los que causan los problemas en fatiga, y estos se reducen gracias a la tensión residual de compresión).

El tratamiento térmico del temple deja tensiones residuales. Cuanto más rápido de enfríe la pieza mayores serán estas tensiones.